jueves, 28 de abril de 2022

Baños y turismo en Sanxenxo. De los años veinte al hoy

 Cremas antiarrugas, tratamientos, horas de gimnasio, dietas, cuerpos perfectos, pieles sin marcas, juventud eterna… ¿quién no se ha planteado regalarse un fin de semana de spa? Hoy en día los balnearios ya no son únicamente sinónimo de salud, sino también de estética y, sobre todo, de ocio. Ahí están los establecimientos de talasoterapia, spa, las termas y los balnearios. Etimológicamente la palabra balneario proviene del latín balneae que significa 'baños'. Su origen se remonta a la antigua Grecia y es en el año 25 antes de Cristo cuando el emperador Agripa, diseñó y creó en Roma las primeras grandes termas de origen público. Los baños tenían una función lúdica y medicinal; pero también política y social. Para los romanos acudir a los baños era una parte de su modo de vida; una forma de cuidar la higiene, de hacer deporte, conversar y negociar. Galicia cuenta con abundantes ejemplos de termas romanas, hoy todavía en funcionamiento, como las termas de Lugo, Ourense, Caldas de Reis, Caldas de Cuntis, Mondariz, Caldelas de Tui, Baños de Molgas, Baños de Bande, Lobios y Carballiño, entre otras. Margarita Vilar y Elvira Lindoso han estudiado «El sector balneario gallego desde una perspectiva histórica (1780-1935)»

 

El tratamiento de las enfermedades mediante baños y para la higiene tiene sus precedentes. En Galicia hay referencias periodísticas durante el siglo XIX a distintas Casas de Baños y a la «imprescindible necesidad [que] tiene la Coruña de una casa que con sus aguas remedie enfermedades, las evite y contribuya a la higiene pública y privada» (La Ilustración, 1863). En la playa de Riazor están «Los antepasados de la Casa del Agua» de hoy de A Coruña; al igual que, a seiscientos metros de la playa de Silgar, el Augusta Spa Resort de Sanxenxo o, a poco más de veinte kilómetros, el Hotel Balneario A Toxa son el hoy de la Casa de Baños del Sanxenxo de entonces. «Tratamientos hidroterápicos, descanso, encuentros entre los más diversos personajes, banquetes, tertulias, fiestas, bailes, veladas teatrales, musicales y excursiones» más allá de alojamiento y alimentos, también eran lugares de relajación y recreación. El resort de «Aquellos locos veinte».

 

«Los años que van desde el último cuarto del siglo XIX hasta la I Guerra Mundial corresponden a uno de los períodos fundamentales de la historia de Europa. La idea de progreso pretendía resumirlo todo y fue también en este ambiente donde tuvo lugar la eclosión del turismo moderno». Apunta Margarita Barral Martínez en «El tándem Vigo-Mondariz en los inicios del turismo moderno en Galicia». Buen ejemplo de ello es el Vigo industrial y el vecino balneario de Mondariz a treinta y cinco kilómetros de distancia. Rivalizó con los grandes balnearios de Baden-Baden, en Alemania, o Bath, en Londres y acogió a políticos y personajes de primer nivel. Más allá de los poderes curativos y de higiene, el balneario es también un espejo que refleja la sociedad y el poder de la época. «Córren os loucos anos 20. O Hotel Balneario de Mondariz representa un crisol da sociedade galega do momento, clasista e normemente desigual, enmarcada na dictadura de Primo de Rivera. Unha época na que o conflito político bulía especialmente e que estaba a abrir paso á experiencia republicana», un microuniverso retratado en As escaleiras do Gran Hotel, de Rubén Martínez Alonso.

 

 

El ritmo frenético de los veranos repletos de "bañistas" se empezó a notar en Sanxenxo en esta década. La gente se desplazaba para disfrutar de la playa y del balneario que allí mismo se encontraba, en Silgar. Luis Dobarro, empresario y vecino de Pontevedra aprovechó la afluencia de turistas para solicitar la construcción de la Casa de Baños «de madera, estaba dividida en dos partes y tenía un bar en su interior. La oferta del negocio incluía baños fríos y templados con agua dulce, salada y algas de mar, sales de A Toxa y otros productos. El baño en pila rondaba las 1,25 pesetas (unos 0’008 euros), un bono de seis unas 7 pesetas (0,042 euros), y de incluir sábanas y toallas subía hasta las 9,50 pesetas (0,057 euros)» Teniendo en cuenta la economía de la época no todo el mundo podía permitírselo. 


La crónica de LVG para la década informa como con la llegada del verano tenía lugar la apertura de la casa de baños, pistoletazo de salida y de comienzo de las rutinas asociadas a esta época del año: «Mañana, domingo, se inaugurará en la estupenda playa de Silgar (Sangenjo) (sic) la temporada veraniega en la elegante casa de baños que allí levantaron los industriales pontevedreses Sres. Dorrego. Habrá servicios diarios y frecuentes de automóviles». Y con ello la oferta hotelera: «muy especial por cierto, don Francisco Alonso, propietario del Hotel Terraza, de Sangenjo, que sirvió en el amplio y confortable salón de su hotel, colocándose a la altura de los más acreditados en las poblaciones visitadas por los turistas, un almuerzo a más de un centenar de excursionistas, consiguiendo que todos ellos hayan llevado de ese trato un gratísimo recuerdo y sean otros tantos laudatores del establecimiento».

 

Luego llegará la decadencia. La Casa de Baños tuvo que soportar las embestidas del tiempo y más tarde de la Guerra Civil. «Así que, las constantes reparaciones y la disminución de veraneantes en aquellos años hicieron que a principios de los 40 se retirara lo poco que todavía quedaba en pie». La blancura de la piel como marca y distinción de una sociedad de privilegios daría paso al democrático moreno de la ciudadanía de a pie del turismo de playa

 

Aquella sociedad desigual con estereotipos, en buena parte, presentes en la publicidad y en las viñetas de humor de la prensa de la época, como también en las estampas de la década, que entre sus imágenes recogen las mujeres que acudían cubiertas a la playa, con una especie de batas que les llegaban a los pies —aunque haya aspectos que, sin duda, se deben mejorar en la sociedad actual—, mucho ha cambiado en el último siglo. Cambios en las costumbres de sus habitantes sociedad y cambios en el entorno de un Sanxenxo no era más que un pequeño pueblo de pescadores. Y en el que a pesar de que en los dos últimos dos años se haya producido una bajada del número de veraneantes, debido a la pandemia del Covid-19, que ha afectado y mucho, sin embargo «el turismo sigue siendo la principal fuente de ingresos durante todo el año, especialmente en los meses estivales y en época de Semana Santa y puentes festivos», comenta un familiar que ha vivido toda su vida dedicado al turismo.








 

 

Turismo de lo religioso y lo profano, del ayer al hoy de las romerías


 

Las romerías son fiestas populares que se celebran en un lugar cercano a una ermita en el día de la festividad religiosa del santo o la virgen a la que está consagrada. Viajes o peregrinaciones que se dirigen al santuario o ermita del santo o patrón del lugar donde se celebran. En algunos casos, no es necesario que estas fiestas duren todo un viaje, sino un día, una mañana o una tarde. Aunque se remontan a la antigüedad, si atendemos a los datos documentados en los textos, las romerías en la Galicia medieval no debían ser muy diferentes de las que todavía se celebran hoy en día en distintos lugares de España, Italia, Francia o Portugal. Entonces, como ahora, eran un importante lugar de acogida y encuentro vinculado tanto a la devoción popular como a la actividad festiva. El encuentro de dos mundos, el profano y el religioso, lo espiritual y lo banal, festivo y terrenal.  Puesto de relieve ya en las cantigas de amigo medievales o las cantigas de romería o santuario, «existen en todo santuario dos espacios geográficos muy delimitados: uno lo ocupa el santuario y su entorno circundante más inmediato, el segundo lugar está en el campo de la fiesta donde se celebran las actividades más profanas de la romería». Asociado a este viaje están los ritos frente a la incertidumbre humana, ritos de protección, de curación, de penitencia y acción de gracias, para influir en el tiempo meteorológico o ritos de fertilidad. 


El nombre de la romería la conocemos, unas veces, por el del santo o la santa que allí se venera, el topónimo o una combinación de ambos. El escenario elegido como punto de encuentro para estas celebraciones era la encrucijada y que posteriormente, es el campo de romería y de feria. Estos pueden ser bosques, carballeiras; pueden estar mirando al mar, en las riberas de un río o ante gigantescas piedras o fuentes, montes...  Estos espacios exteriores están rodeados de leyendas de apariciones, de curaciones y en los que se siente ese animismo, donde se anima lo inanimado: la Galicia mágica. En estas romerías no falta la feria, con sus productos artesanales y... la fiesta. Conocidas son la de san Froilán en Lugo, «as herbas de namorar» de san Andrés de Teixido, «vai de morto quen non foi de vivo» al norte de A Coruña, o entre las más próximas en O Salnés, en torno al monasterio de Armenteira, que perteneció a Noalla y que narra el fantástico viaje al Paraíso de su fundador san Ero, leyenda dentro de la tradición céltica de los viajes al Más Allá, recogida en las Cantigas de Santa María de Alfonso X, o la de A nosa señora da Lanzada, romería y leyenda de las nueve olas, estudiada por Rafael Quintía Pereira (Vigo, 1971), Premio Luís Cuadrado 2010 publicado por la librería Nós, «... hoy en día las celebraciones se reducen a dos días el último sábado y domingo de agosto, hasta principios del siglo pasado la romería duraba toda una semana o más bien nueve días, era la conocida como Semana da Lanzada. Los devotos venidos de todas partes de Galicia e incluso de Portugal».

 

 

Tan conocida es la imagen de la fiesta, antes de estos años que nos ha tocado vivir por la pandemia, como lo fue para nuestros antepasados. Cuando caía la noche, la gente se arreglaba para disfrutar de la verbena. Un ambiente amenizado por orquestas, bandas de música o grupos musicales que hacían las delicias de la juventud. Tocaba mover el esqueleto. Antes de la medianoche la música paraba. Otro momento mágico, el de los fuegos artificiales que cubrían el cielo para dar paso a un nuevo día y al terminar la gente aplaudía. La multitud volvía a la plaza donde las orquestas volvían a hacer sonar sus melodías para seguir bailando, hasta que, los zapatos más nuevos que se estrenaban ese día, se lo permitían. Así terminaba la fiesta, haciendo recorrido por el pueblo para volver cada uno a sus casas y seguir celebrando, en la mayoría de los casos, al día siguiente. 

 

 

Si uno consulta la crónica de «Aquellos locos años veinte (Sanxenxo 1920-1929)», las páginas de LVG informan de «la constitución de la comisión organizadora de los tradicionales festejos de Santa Rosalía, bajo la presidencia del alcalde»  y se recoge el programa de fiestas de aquel 1920, durante tres días de septiembre, «digno de cualquier capital de primer orden», con entre otros números: «Día 3.—Al amanecer, 24 bombas de palenque (...) y las gaitas recorrerán las calles de la villa, tocando alegres dianas. Al medio día (sic) hará su entrada la laureada música del regimiento de Zaragoza, con su banda de tambores y cornetas. A las seis de la tarde, gran partido de "foot-ball", cucañas y juegos jocosos, en la Avenida de Augusto G. Besada. Al anochecer se verificará la conducción de la imagen de Santa Rosalía a la iglesia parroquial, cantándose seguidamente solemnes vísperas religiosas. A las diez, iluminación de todos los edificios de la villa y verbena, durante la cual se celebrará una función pirotécnica. Día 4.—Dianas y alboradas. (...) A las once, solemne función religiosa, en la parroquial, celebrándose una misa, en la que tomará parte la capilla de la Catedral de Santiago, y ocupará la sagrada cátedra un elocuente orador, que hará el panegírico de Santa Rosalía. Al terminar, paseo de moda en la Plaza de la Constitución. A las seis de la tarde, procesión de Santa Rosalía, llevando el estandarte el ilustre escritor, nuestro fraternal camarada D. Alejandro Pérez Lugín. En diferentes puntos del trayecto se cantarán villancicos, efectuándose la emocionante parada do la procesión frente al puerto. Las embarcaciones, artísticamente engalanadas, saludarán la presencia de la Imagen con nutridos disparos de morteros y bombas reales, finalizará la fiesta con una gran batalla de llores y serpentinas, en el mar. Día 5.—Dianas y alboradas. (...) A las once, función religiosa en honor de Nuestra Señora del Carmen, cantando en la misa distinguidas señoras y señoritas de la población y la colonia veraniega. (...) A las seis de la tarde, procesión marítima de la Virgen del Carmen. A las once, baile popular. A la misma hora, gran baile regional, al cual asistirán las señoras y señoritas vistiendo precisamente el típico traje del país, (...) los pueblos importantes, tienen a gala (...) los trajes característicos de cada localidad». LV también da cuenta de las fiestas en honor de san Antonio. «La víspera hubo un animado folión en los alrededores de la iglesia que lució una espléndida iluminación eléctrica y a la veneciana. Como en años anteriores, fueron muchas las personas que acudieron a la villa». «Sin temor a equivocarnos, aseguramos que estas fiestas llevarán a Sangenjo un gran contingente de forasteros». 




 

En la actualidad la fiesta de Santa Rosalía, la patrona del pueblo, se sigue celebrando por las mismas fechas, el cuatro de septiembre. Se hacen procesiones en honor a la patrona y verbenas con orquestas a lo largo de la noche. Conocida es también la romería de San Roque, patrón de Portonovo. En este caso, esta fiesta dura alrededor de cuatro días, desde el 14 al 18 de agosto. Los días grandes de las fiestas del verano  de santa Rosalía acogen también ceremonias y celebraciones en honor de la virgen del Carmen y de san Xinés. Coincidiendo con estas fechas tiene lugar a Feira da  Cebola. De carácter también profano y gastronómico, la conocida Festa da Raia.

 

En general en Galicia se celebran numerosas romerías a lo largo del año y son una parte esencial de la cultura gallega que perdurarán en la historia como tradición. Hoy en día algunas de estas romerías gallegas han sido declaradas Fiestas de Interés Turístico. Ojalá las romerías y las fiestas populares mantengan su esencia y recuperemos cuanto antes este turismo local.

 

 

 

 

 

miércoles, 20 de abril de 2022

Rubén Martínez Alonso, «As escaleiras do Gran Hotel», Premio Vicente Risco (2013), «Os anos 20 teñen estética rompedora, e o papel que vai adquirindo a muller en España nos anos 20 culmina co dereito ao voto nos 30»

 

o autor da obra "As escaleiras do Gran Hotel" Rubén Martínez AlonsoO luns 4 de abril do 2022 veu ao IES de Sanxenxo dar unha charla sobre o seu libro As escaleiras do Gran Hotel o escritor vigués Rubén Martínez Alonso, cuxa obra está ambientada no gran Balneario de Mondariz nos anos 20 do século XX, e que ano 2013 gañou a XIV Edición do Premio Vicente Risco de creación literaria, concedido polo Concello de Ourense.


-Por que escolliches ambientar a túa novela no balneario de Mondariz?

Eu son de Vigo, e o Balneario queda relativamente preto. De neno coñecín as ruínas, xoguei nelas. Hoxe en día o edificio recuperouse, pero perdeu boa parte do seu encanto. Ese encanto funo coñecendo tanto polas postais fotográficas que vos estou a amosar como por noticias de prensa e pola propia revista do Balneario. O Balneario de Mondariz estaba pechado durante boa parte do ano, e a temporada de baños, que comezaba no mes de maio e remataba no mes de outubro, era cando se abría. O resto do tempo, estaba practicamente pechado.

Na época dos baños, o Balneario publicaba unha revista semanal chamada “La Temporada, onde aparecen moitísimos datos que están no libro: as persoas que ían chegando nesa semana, os prezos e os menús que tiñan no restaurante do Gran Hotel… Mergullándote un pouco en toda esa información, descobres que era un lugar fascinante.


-Como te documentaches para describir o Gran Hotel con tanto detalle?

Pois as postais que tedes proxectadas foron unha fonte importante de información, xa que para min a reconstrución dos escenarios axuda ao lector a introducirse na historia. É dicir, aínda que a historia e as personaxes son as que levan ou atraen o lector, penso que se non hai unha boa construción, se non hai unha recreación histórica máis ou menos fiel ou crible, a historia acaba diluíndose. Ademais da postais empreguei, como xa dixen, a prensa da época e a revista do balneario.

 

-Por que lles dás tanta importancia ás escaleiras do Gran Hotel?

Cando eu era pequeno, coñecín xente maior que traballou no Gran Hotel e que falaba con abraio desa escaleira de honor ou escaleira principal do Gran Hotel. Uns dicían que era única no mundo, outros que estaba inspirada na dun palacio ruso, e o que máis chamaba a atención era que tiña unha parte voada, que semellaba non contar con apoio.

Dentro da novela, as escaleiras serán relevantes. Na literatura e na arte, as escaleiras sempre estiveron cargadas de simboloxía: o ascenso como idea de conquista do coñecemento, e o descenso como unha caída. As personaxes vanse mover continuamente polo edificio, subindo e baixando, descubrindo, coñecendo; será un recurso importante no libro.

-Que teñen de especial os anos 20 para que sexa nesa época na que transcorre a novela?

Os anos 20 teñen estética rompedora, e o papel que vai adquirindo a muller en España nos anos 20 culmina co dereito ao voto nos 30. A muller vai cortando o pelo, as longas melenas que había antes da Primeira Guerra Mundial empezan a desaparecer, substituídas agora por peiteados moito máis funcionais. As súas roupas tamén se volven máis confortables, e as mulleres deixan de ter marcadas as cadeiras, a cintura e os peitos, aparecendo prendas de liñas rectas. Despois desa época de necesidades e carestía provocada pola Gran Guerra, é un momento de expansión. España está nos anos da ditadura de Primo de Rivera, non se alcanzará esa sociedade de consumo dos Estados Unidos, pero si que será unha época de certa estabilidade e comodidade.

Se buscades a estética deses anos descubriredes a estética Art Déco, a da Exposición Universal de París. Estas exposicións estaban vinculadas ás revolucións industriais, xa que nelas se exhibían os grandes adiantos; a Torre Eiffel, por exemplo, era a entrada para a Exposición Universal de París de 1889. Nesta mesma cidade, París, inaugúrase no 1925 a Exposición de Artes Decorativas, e o coñecido como “estilo 1925” será o que se vexa nalgunhas das estancias do Gran Hotel, e sobre todo na vestimenta e na estética das mulleres destes anos.


-As personaxes históricas das que falas, como Primo de Rivera, estiveron de verdade no Balneario de Mondariz?

Si, Primo de Rivera estivo no balneario no ano 1928, que é no que se ambienta a novela, momento en que vai sen a súa familia, e tamén no ano 1929, no que leva con el as súas fillas.

Os altos cargos políticos contaban cunha seguridade que pretendía evitar ataques e atentados, aínda que esta despregadura era menor que noutras circunstancias, xa que se consideraba que era un lugar máis tranquilo. Con todo, hai que ter en conta que esta ditadura, que contaba co apoio do rei Alfonso XIII, atopábase neste anos finais nun momento crítico. Esta ditadura nacera como un período transitorio que ía devolver a España a orde pública e acabar coa inestabilidade, pero ao final pasa o que adoita ocorrer coas ditaduras: o ditador síntese cómodo e perpetúase, e unha ditadura que ía ser breve ao final acaba alongándose. No ano 1930 Alfonso XIII retiraralle a súa confianza e Primo de Rivera cae en desgraza.


-Que importancia social e económica tiñan estes balnearios en Galicia?

Pois eran lugares de reunión das grandes fortunas. Seguro que vos sona Rockefeller. Pois foi un dos grandes millonarios que estiveron no Balneario de Mondariz. Grandes persoeiros acudían a este balneario, e alí tomaríanse grandes decisións económicas. De feito, cando estivo Primo de Rivera desprazáronse ata Mondariz os seus ministros para reunirse con el.

A vila enteira converteuse nun espazo no que interactuaban e convivían persoas de diferentes estratos sociais, o que era bastante curioso.


-Por que cres que o Balneario de Mondariz foi entrando en decadencia ata o incendio dos anos 70 do século XX?

Todo ten a súa época de esplendor, e despois vive a súa época de decadencia. Xa sabedes que os ricos sempre tentan diferenciarse dos pobres, e non hai peor insulto para un rico que que pensen que é pobre, que non ten os cartos suficientes. Antes da Revolución industrial, a xente rica tiña a pel branca, porque os que traballaban no campo ao sol e estaban queimados eran os pobres. No momento en que a Revolución industrial comece en España, os obreiros e obreiras traballarán nas fábricas, e, como as luces eléctricas non poñen a ninguén moreno, volveranse brancos, igual cós ricos. Así, esa mentalidade, ese desexo de diferenciarse, será o que, entre outros motivos, cambie o modo de facer turismo.

O balneario era un destino propio de finais do século XIX e principios do XX. A partir dos anos 20, nas décadas dos 30-40, comezará a cobrar forza un turismo que aínda agora triunfa: o turismo de praia. Os ricos son os que hoxe en día se poñen morenos, van á praia, van esquiar, os que poden facer moitas actividades, mentres que os pobres, ao non dispoñer de recursos e tempo libre, terán a pel máis branca.

No momento actual, dende finais do século XX e principios do XXI, recuperouse o costume de ir aos balnearios e os spa, que, ao estar en moitas ocasións en zonas rurais, permiten complementar esta actividade de saúde e descanso con actividades deportivas como o sendeirismo. Xa na época de esplendor do balneario se facía isto, aproveitando a estadía para visitar monumentos próximos ao balneario, como o castelo de Vilasobroso, por exemplo. Dende Mondariz collían os coches que, na época na que está ambientada a novela, aínda podían ser de cabalos, ou xa máis modernos, con motor de explosión.

 

-En relación coa pregunta anterior, por que cres que Mondariz volve ser un destino importante dende hai uns anos?

Pois, porque ofrece unha alternativa ao turismo de praia, e adoita ter asociadas actividades deportivas e culturais, como veño de comentar. Aínda que o antigo Gran Hotel agora é un complexo de apartamentos e, polo tanto, non se pode visitar, parte do entorno, que si é accesible, está recuperado.

 

-Pode compararse o balneario de principios do século XX co de principios do XXI?

Non, non hai punto de comparación. É certo que a sociedade cambiou moito nos últimos 100 anos, pero as esixencias dos usuarios deste tipo de servizos non. O Gran Hotel de principios do século XX sería hoxe un cinco estrelas gran luxo, mentres que o aloxamento actual non chega a ese nivel de excelencia.

O Gran Hotel sufrirá unha paulatina decadencia dende os anos 30 ata os 70 do século XX, cando arde, porque non soubo adaptarse aos novos tempos. O feito de que os cuartos non tivesen baño propio, a finais do século XIX, non era un problema; pero, ao longo do século XX, si que o foi. Tanto é así que, no ano 1973, cando se incendia, o edificio estaba sendo remodelado, e por iso tiña a auga cortada. Esta fatalidade, sumada a que os bombeiros máis próximos eran os de Vigo, levou a que o edificio quedase totalmente destrozado polo lume.

 

-Os datos que aportas no teu libro sobre a sociedade de Vigo e as familias son reais?

Si. Os nomes das familias aparecían en La Temporada”, a revista que publicaban no Balneario semanalmente. Carolina e Tomás son personaxes ficticias, pero os seus apelidos son apelidos reais de familias podentes de Vigo: Bárcena, Labarta… xente que tiña negocios, empresas importantes.

 

-Era importante para ti amosar a unha protagonista moderna e liberada que rexeitaba os roles de xénero propios da súa época?

Si, porque foi sobre todo despois da Primeria Guerra Mundial cando o papel da muller comeza a cambiar. En España non se consolida ese cambio, esa evolución, pola ditadura franquista, que o que fai é frear os importantes avances que se conseguen na II República. Para o nacional-catolicismo ou a Sección Feminina, a muller ten que estar na súa casa, ten que ser unha boa esposa e unha boa nai. Non sei se algunha vez, por curiosidade, lestes algo sobre a formación que se impartía na Sección Feminina. Unha das recomendacións que máis me chamou a atención foi a relativa aos exercicios de ximnasia para as mulleres franquistas. Consistían en limpar a casa exercitando diferentes músculos: así tiñan a casa limpa e, ao mesmo tempo, estaban en forma.

Resulta curioso comprobar, e é algo sobre o que reflexionei en máis dunha ocasión, como a mentalidade da miña nai, nacida a finais dos anos 50 do século XX, en moitas cuestións, foi máis conservadora cá da súa propia nai, nacida a principios da década dos 20 do mesmo século. A miña avoa viviu a época da II República e, para ela, as relacións sociais e os noivados gozaron dunha liberdade moi superior ós da súa filla, miña nai, que asimilou unha visión franquista moito máis retrógrada.

 

-Neste libro, es un novelista que fala de Historia ou un historiador que escribe unha novela?

A miña formación é en Historia da Arte, e no libro queda claro, de forma evidente, que me fascina toda esa época a nivel histórico e artístico, pero é unha novela. Está fundamentada e ambientada nunha época histórica á que tentei ser fiel, pero será a obra dun novelista que aproveita a súa formación en Historia, non é unha novela histórica.


-Ademais deste libro, tes publicado algo no que a Historia teña a mesma importancia?

Si. De ambientación histórica teño outro centrado xa na época franquista. Do que vos falei hoxe transcorre no 1928, mentres que Vila Suárez está ambientado nos anos 40, e nel ocúpome do cambio que se vive en España nestes anos, pero dende o punto de vista da elite. A visión que temos nós da ditadura de Franco, moitas veces, é a das clases medias, a da carestía e as necesidades, pero a novela centrarase en como estes grupos privilexiados viven nun mundo totalmente diferente, no que o diñeiro o consegue todo. Aparecerá, por exemplo, a visita de Eva Perón a España, seguindo o mesmo esquema que para As escaleiras do Gran Hotel: partir de personaxes ficticias e insertalas nun contexto hitórico real e todo o ben documentado que se poida.


-Escribir é o teu traballo a tempo completo?

Non. Vivir do que escribes é moi complicado. Eu son profesor de Xeografía e Historia, tamén de Secundaria, e o da escrita é algo que me gusta facer, pero non me daría para vivir disto. Oxalá puidese, pero non.

martes, 19 de abril de 2022

Baños y turismo en Sanxenxo. De los años veinte al hoy

  Cremas antiarrugas, tratamientos, horas de gimnasio, dietas, cuerpos perfectos, pieles sin marcas, juventud eterna… ¿quién no se ha plante...